Así lo indica el Huffington Post, en un artículo que explica la importancia de mantener una adecuada temperatura en la habitación y cómo esta puede marcar la diferencia entre una buena e irregular noche de sueño.
Según el doctor Christopher Winter, experto en sueño reparador, “aunque la mayoría de personas no le prestan atención a este aspecto, lo ideal es mantenerla entre 15 y 19 grados centígrados si se desea descansar correctamente. Si pasa de los 24 grados o está por debajo de los 12, seguramente la noche no será la mejor”.
¿Por qué es tan importante?
La temperatura del cuerpo asciende y desciende a lo largo del día, siendo más alta en las últimas horas de la tarde y más baja alrededor de las 5:00 de la mañana. “Solemos quedarnos dormidos cuando nuestra temperatura corporal desciende, por lo que una habitación fresca ayuda a que alcancemos el sueño más rápido”, argumenta Winter.
Asimismo, el Instituto de Investigaciones del Sueño de Madrid, en su página web, explica que antes de dormir se necesita alrededor de una hora y media para que el cuerpo empiece a perder calor, lo que provoca una mayor sensación de cansancio en los adultos sanos normales. “Estos cambios fisiológicos ocurren mucho antes de acostarse y pueden estar presentándose antes de que las personas se den cuenta de ellos”.
Tomado de
Revista Salud
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